Actualmente, la terapia visual es considerada uno de los métodos más eficaces para el tratamiento de diversas anomalías del sistema visual, como el ojo vago (ambliopía) o los problemas de acomodación, entre otros.
Sin embargo, llevar a cabo la terapia visual puede resultar complejo y puede hacer desaparecer fácilmente el entusiasmo de los pacientes más pequeños, haciendo que pierdan cualquier interés en realizar sus ejercicios diarios o semanales. Debemos tener en cuenta múltiples detalles y abordarlos de manera integral.
- Determinar el nivel del paciente
Antes de comenzar con la terapia visual, debemos conocer el nivel en el que se encuentra la visión del paciente. Por lo tanto, un examen visual exhaustivo es un requisito, pero no es suficiente. Es necesario saber en qué situación se encuentra el paciente, así como hasta qué punto puede ver con normalidad.
- Nivel de frustración del paciente
Si alguna vez ha jugado a videojuegos, ya sabe a lo que nos referimos. Cuando por fin uno comienza a entender lo que tiene que hacer, el nivel de dificultad aumenta y seguir avanzando empieza a costar. A todos nos gusta la sensación que provocan el progreso y los logros. No obstante, el afán por conseguirla es especialmente fuerte en los niños de hoy en día, ya que están acostumbrados a las recompensas instantáneas. Para una terapia visual satisfactoria, es necesario poner al ojo vago constantemente a prueba, pero nunca hasta el punto en el que resulta imposible realizar los ejercicios y la frustración aparece, lo que es contraproducente y puede causar que el paciente abandone la terapia visual.
- Uso del refuerzo positivo
Cuando un paciente realiza su terapia, debemos motivarle aún más mediante refuerzo positivo. De vez en cuando, alguna que otra palabra de ánimo y alguna felicitación bastan, pero, otras veces, hay que recurrir al soborno con pequeños obsequios o recompensas. Durante las próximas semanas, le daremos más pistas sobre cómo motivar a los más pequeños para que realicen su terapia diaria, ya que es fundamental y parte de los juegos de las terapias visuales, como AmblyoPlay.
- Nivel de entreno efectivo
Tras haber establecido el refuerzo positivo y determinado el nivel correcto al que se realizará la terapia, debemos encontrar el nivel adecuado que nos permita mejorar el rendimiento de manera continua a través de la dificultad del tratamiento. Es decir, el punto justo entre el nivel del paciente y su nivel de frustración. Si la terapia funciona, ambos niveles deberían aumentar.
- Haga que lo entiendan
Esto es tan esencial que, sin duda, podría ponerse en el número uno. Los pacientes deben conocer los posibles resultados. Los pacientes y los oftalmólogos deben establecer objetivos claros (lo que el paciente puede esperar conseguir si lleva a cabo lo estipulado) y las estrategias (cómo se conseguirán los objetivos) de la terapia visual. Solo de esta forma los pacientes comprenderán los motivos por los que deben realizar sus intensas terapias diarias.
Sin duda, basándonos en los pasos anteriormente vistos, los métodos que emplean mecánicas de juegos son una posibilidad eficaz dentro de las terapias visuales. Las mecánicas de juegos (o ludificación) utilizan meticulosamente estos pasos: proporcionan recompensas instantáneas en cuanto existe progreso, la dificultad se adapta al nivel actual y aumenta constantemente (pero no de forma lineal, ya que de esta manera se mantiene un sentimiento de mejora durante un periodo de tiempo mayor, al mismo tiempo que se evita la frustración al llegar a un punto de bloqueo). Todos los profesionales y especialistas comentan la falta de motivación para realizar los ejercicios en casa como uno de los principales problemas en el tratamiento de ojo vago o ambliopía, por esto AmblyoPlay se ha establecido como una solución potencial al dar respuesta a este problema.
¿Tiene algún otro paso que incluiría en todo este proceso? ¿Cuáles son los problemas a los que se enfrenta? ¡Háganoslo saber en [email protected]!