La cuerda de Brock es una excelente herramienta de terapia visual que se utiliza a menudo en los tratamientos de diferentes problemas de convergencia, como la insuficiencia de convergencia, y que se recomienda para pacientes con ambliopía y estrabismo. A menudo, los niños con problemas de lectura o los que leen con lentitud tienen problemas de convergencia. Aunque tenga un diseño relativamente sencillo (la cuerda de Brock consta de una cuerda con 4 cuentas de colores diferentes), es una herramienta muy eficaz en terapia visual. Ayuda a diagnosticar y a determinar diversas disfunciones binoculares y también se emplea como tratamiento para mejorar la función binocular y conjunta de los ojos del paciente. Pese a que se relaciona principalmente con la visión binocular, también puede ayudar a fortalecer la fijación visual bajo condiciones binoculares.